Además de la operación montada sobre la capacidad en los satélites Amazonas 3 y Amazonas 5 de Hispasat, Orbith está por cerrar un acuerdo con un tercer satélite –aún en tratativas- para tener mayor capacidad disponible en Argentina y sumar operaciones en Perú y Colombia a mediados de 2021. “La visión de la compañía es regional y estamos convencidos de que hay una oportunidad de negocios para las zonas suburbanas y rurales que hoy no tienen fibra óptica y que en Latinoamérica representa más de 20 millones de hogares”, expresó Pablo Mosiul, gerente General de Orbith.
En diálogo con Convergencialatina, el ejecutivo dijo que el negocio, aunque en fase embrionaria, tiene mucho potencial. Lacapacidad adquirida en banda Ka del Amazonas 3 les permite ofrecer velocidades de hasta 200 Mbps y una pisada satelital sobre 6 millones de hogares en la Argentina.
Asimismo, aseguró que posee mucha tracción porque el servicio alcanza a zonas suburbanas y rurales con calidad y precio, donde otras prestaciones no llegan. El operador tiene dos unidades de negocios: El residencial, que es atendido por pequeños operadores; y el corporativo, al que proveen directamente en el interior de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos. En este último caso, ofrecen conectividad a 160 escuelas, instituciones de gobierno, hospitales, penitenciarías, obras sociales como IOMA (Instituto de Obra Médico Asistencial de la Provincia de Buenos Aires) y organismos como Arba (Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires).
Uno de los facilitadores para el negocio de Internet satelital es la creciente demanda, sin embargo existe una oferta limitada por la falta de capacidad en la banda Ka. El otro driver es el tamaño del mercado: 2 millones de hogares rurales en Argentina a los que no llegan servicios y otro millón en la periferia de las ciudades que no tienen Internet o reciben prestaciones con bajas velocidades y regular calidad. Mosiul agregó que hay mercado porque la penetración de banda ancha está en el orden del 60%, y remarcó la existencia de una asimetría importante entre las zonas rurales y urbanas.
A esto debe sumarse que de los 7,3 millones de accesos a Internet que hay en todo el país, según datos del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) sólo el 15% tienen la posibilidad de acceder a ofertas de más de 20 Mbps. Por tanto, para Mosiul los desafíos serán: “llevar conexión a los hogares que no tienen y mejorar las velocidades, para lo cual creemos que se debe desarrollar más infraestructura de fibra en las ciudades y más satélites en banda ka para las zonas suburbanas y rurales”.
Expansión y desafíos. El mismo modelo de negocios se trasladará a la operación chilena, una vez que la infraestructura terrestre de Orbith esté lista al segundo trimestre de 2019 y les permitirá iluminar un mercado potencial de unos 900.000 hogares rurales.
El negocio crece, afirmó Mosiul, pero las barreras son fuertes. En Argentina, hay capacidad para ofrecer servicios en banda Ku y con satélites tradicionales, mientras que para dar Internet satelital se requieren satélites HTS con banda Ka. “Por eso, estamos apoyando misiones de nuevos satélites pero los lanzamientos en órbitas GEO son muy costosos y llevan tiempo”, dijo Mosiul.
El ejecutivo no descartó la potencialidad de las constelaciones de satélites en órbitas baja y media –LEO y MEO- para resolver la falta de capacidad, pero destacó que la mayoría de esos proyectos todavía no son una realidad en el corto plazo y su implementación no es sencilla. Por ejemplo, son soluciones que requieren de cientos de lanzamientos para colocar los artefactos en el espacio, necesitan de terminales específicos (aún onerosos) en los hogares para captar la señal y todavía no queda claro cuánto tiempo tendrá que pasar para alcanzar un precio que permita cobrar un servicio accesible al usuario final. Además, aun hay que trabajar en el marco regulatorio y en relación a la administración del espectro, la asignación de frecuencias y la coordinación de interferencias en cada país donde estas constelaciones quieran dar servicios.
“Cuando la posibilidad de los LEO se materialice, seremos compradores de su capacidad para seguir creciendo nuestro negocio. Hoy el precio del Internet satelital todavía es más alto que el de Internet por fibra porque no es un servicio masivo”, dijo Mosiul. Y agregó que un abono promedio de un cliente de Orbith residencial está en el orden de los US$ 48, mientras en el centro de la ciudad los usuarios acceden al servicio por US$ 26.
Si bien por el momento el satélite es más caro por el costo de la capacidad y del equipamiento, el mercado observa una tendencia a la baja, aunque la masificación del servicio llevará tiempo. “Siempre que se lanzan nuevos satélites, para reemplazar generaciones anteriores, los nuevos artefactos tienen costos menores. En cuanto a la fabricación de equipos, la industria necesita mayor volumen de fabricación para bajar los precios”, concluyó Mosiul.