Los datos, generados por usuarios, empresas y gobiernos, sumado al latente despliegue del 5G, ya son considerados como insumo fundamental de cualquier proceso económico. Pero el enfoque convencional para la medición de la actividad económica de un determinado país no está adaptado para calcular el volumen de negocios que genera la llamada Economía de los Datos.
Según la Software & Information Industry Association (SIIA), para 2020 el tráfico de datos desde y hacia los Data Centers superará los 15 zettabytes. En Estados Unidos, se estima que el IoT y la analítica de datos podrían añadir US$ 2.200 millones al PBI de su economía en 2025. Para la región asiática-pacífico (APAC), se calcula que para 2121 la transformación digital aportará al PBI U$S 1 trillón.
Las mediciones económicas tradicionales, como la que se aplica para el PBI, no logran seguir el ritmo del desarrollo tecnológico acelerado, aseguró Diego Vizcaíno, socio director del área de Economía Aplicada de Analistas Financieros Internacionales (AFI), en diálogo con Convergencialatina.
La clave está en trascender las limitaciones de los sistemas de medición tradicionales, que ahora están en cuestión. Pero todavía, aclara Vizcaíno, no se llegó a un consenso internacional sobre cuál es el mejor método para medir de manera precisa la realidad.
De todas formas, no quita que haya ejemplos puntuales del valor que genera esa información, especialmente cuando se mide el peso en la bolsa de las empresas que usan los datos como principal beneficio (Facebook, Amazon).
Álvaro Ortiz, economista Jefe de China, Turquía y Big Data en BBVA Research, coincide en que los datos no estructurados no tienen valor y que su peso está en la ganancia de eficiencia. Más que como un mero factor de producción, reside en el potencial aumento de productividad y eficiencia. Las estadísticas que se recibían con cierto retraso, ahora son entregadas en tiempo real y esto facilita apurar el time to market de los productos.
La visión que tiene el sector telco del valor potencial de los datos queda resumida en recientes declaraciones de José María Álvarez-Pallete, presidente Ejecutivo de Telefónica, en la última edición del Mobile World Congress en Barcelona. “Los OTTs dicen que los datos son la materia prima para obtener insights para negocios y gobiernos. Los datos potencian fábricas de información y para algunos son equivalentes al capital. Las personas los entregan a cambio de servicios gratuitos. Los datos son un recurso infinito según este modo de pensar, y el valor reside en el algoritmo. Nosotros no estamos de acuerdo con esto”, sentenció en febrero pasado.
Álvarez-Pallete llamó a tratar a los datos como un nuevo factor de producción, que merece ser incluido en el PBI de cada país. “Los datos son como la dignidad. Tienen su propio valor. No pueden ser expropiados”. En base a esto, reclamó una ley de derechos digitales, que establezca cómo deben ser utilizados los datos, los derechos de los usuarios y si acaso están en control del intercambio de valor por sus datos.
En línea con esto, Telefónica y otros operadores como Deutsche Telekom y Orange forman parte de Data Portability Cooperation, iniciativa liderada por la GSMA que trabaja en la definición de un estándar común de portabilidad de datos que facilite que los usuarios puedan llevarse sus datos, siguiendo lo establecido en el nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos (GDPR por sus siglas en inglés).