Desde que se conoció la propuesta de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) para la licitación de espectro para 5G, la suma de escollos hasta llegar al último informe del Comité de Uso de Espectro y de Órbitas del regulador, pareciera haber dado el golpe definitivo: la licitación recién se podría realizar a principios de 2021, aunque ya a esta altura tampoco puede asegurarse ello.

Luego de conocerse la gran cantidad de opiniones emitidas por casi todos los integrantes del mercado de telecomunicaciones brasileño, se hizo difícil compatibilizar los intereses defendidos por cada sector. De todas maneras, uno de estos planteos no ofrecía mayores objeciones y era aceptado por la mayoría: en la banda de 3,5 GHz se licitarían a nivel nacional 400 MHz en cuatro lotes de 100 MHz cada uno, mientras que para los lotes regionales se reservarían 40 MHz o 60 MHz.

Sin embargo, ese punto de coincidencia parece que quedará atrás luego de conocerse el informe del Comité de Espectro. En base a dos estudios internos sobre la convivencia entre los sistemas móviles 5G (IMT-2020) en la banda de 3,5 GHz y el Servicio Fijo Satelital (FSS), en la banda C,  se mostró que las pruebas realizadas con distintos filtros no dieron los resultados esperados para mitigar las interferencias y, por lo tanto, recomiendan una serie de acciones. Entre ellas se destaca la necesidad de implementar una banda de guarda de por los menos 20 MHz o una dinámica de 40 MHz para solucionar el problema. De esta forma, desaparece la disponibilidad de 400 MHz en esa banda, para ser destinados a la tecnología 5G.

En concreto, el informe de la Anatel señala que la coexistencia de ambos sistemas libre de interferencias perjudiciales requiere soluciones combinadas, ya que se demostró la sinergia entre ellas y la posibilidad de una mayor eficiencia en el esfuerzo de mitigación.

Respecto de las soluciones y técnicas de convivencia, el documento recomienda la adopción de condiciones operacionales más rígidas para el IMT-2020, respecto de las sugeridas como referencia por la 3GPP (3rd Generation Partnership Project- que tiene a su cargo las normas de 5G), tal cual se ha realizado en otros países.

En ese marco, se señala la necesidad de establecer esas bandas de guarda, mencionadas anteriormente, entre los dos sistemas de radiocomunicación y, como ejemplo, señala que en Estados Unidos se adoptó una banda de guarda de 20 MHz, aunque en algunos casos puede usarse una banda dinámica de 40 MHz. La utilización de esas bandas de guarda facilita la coexistencia de los dos sistemas y disminuye considerablemente la necesidad de soluciones más invasivas como la separación geográfica de varios kilómetros, disminución de potencias de operación y la sustitución de equipamientos y dispositivos como sintonizadores, filtros de guía de onda y otros similares.

En cuanto a los dispositivos LNBF (Low Noise Block Feedhorn) probados para mitigar las interferencias –solución propuesta por los grandes operadores a través de SindiTelebrasil-, el trabajo señala que en las pruebas realizadas no tuvieron el desempeño esperado. No obstante ello, consigna que es posible el desarrollo de nuevos dispositivos que puedan cumplir adecuadamente esa función, para lo cual esos nuevos dispositivos deberían ser más robustos y permitir una interferencia agregada de menos de 25 dBm (decibelio milivatio), si es que los costos de producción así lo permiten.

Por supuesto que también hay otra solución que se analizó en su momento, que es la migración de toda la televisión satelital abierta que ahora está en la banda C, para que pase a operar en la banda Ku satelital, pero tiene una barrera casi infranqueable: su costo se estima en US$ 540 millones y los operadores ganadores de lotes no estarían dispuestos a realizar esa erogación.

También se contempla la posibilidad de realizar el refarming de bandas actualmente ocupadas por 4G, como propuso días pasados el titular de la Anatel, Leonardo Euler de Morais, en las frecuencias de 700 MHz, 1,8 GHz y 2,1 GHz, entre otras, como tienen en análisis otros países.

De esta forma, seguramente la Anatel deberá hacer una reformulación general de la composición de los lotes a licitarse y ver la forma de lograr un despliegue eficiente de la nueva tecnología. También tendrá cierta incidencia en las negociaciones (a pesar de haber sido negado por las autoridades) la posibilidad de que finalmente sean solamente tres grandes operadores móviles los que compitan, si es que se concreta la venta del negocio móvil de Oi a la asociación conformada por Vivo y TIM para esta operación. Todo está en juego y el final sigue abierto más que nunca.