Con el comienzo del nuevo año las expectativas del mercado de telecomunicaciones brasileño están centradas específicamente en acelerar la licitación de espectro para la implementación de la tecnología 5G en el país. Sin embargo, cuestiones técnicas y políticas pueden influir decididamente en la aceleración o lentitud de un proceso que, en principio, prevé que ese concurso se realice antes que finalice el primer semestre.
En los próximos días el consejo director de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) deberá decidir los lineamentos principales que tendrá el pliego de condiciones para la licitación del espectro que utilizará 5G y una de las cuestiones a resolver es la relacionada con las interferencias que se verificaron entre la tecnología 5G y las transmisiones de la TV satelital en la banda de 3,5 GHz, especialmente destinada para implementar esa tecnología en el país.
Hasta hace poco, el área técnica del regulador tenía dos opciones: una es la utilización de filtros en las actuales antenas parabólicas para mitigar esa interferencia, mientras que la otra opción es la de migrar la TV satelital de la actual banda C hacia la banda Ku; solución esta que es considerada técnicamente la mejor y es la que utilizó Estados Unidos para resolver esa cuestión. Claro que los costos son muy distintos: la migración es sensiblemente más costosa que la mitigación.
Sin embargo, los principales operadores presentaron al regulador a fines de diciembre pasado una nueva propuesta, denominada “híbrida”, que propone la mitigación en una primera etapa y la migración en una segunda, con un lapso mínimo entre ambas de no menos de tres años.
Según esa propuesta, la misma permitiría que en el corto plazo, una vez realizado el concurso de espectro, los operadores pueden lanzar sus redes 5G antes que finalice el 2021 en las principales ciudades del país y de esa manera mejorar sensiblemente sus ingresos y facilitar posteriormente el pago de los costos de la migración de la televisión satelital. En números concretos, los operadores señalaron que la propuesta de migración tiene un costo de US$ 300 millones, la de mitigación US$ 294,5 millones, mientras que la híbrida llega a US$ 247 millones.
En este último caso, se procedería a la inmediata implantación de 5G en las capitales de los estados (y ciudades de más de 200.000 habitantes) y se procedería a la distribución de los filtros de mitigación hasta por lo menos a fines de 2024. A partir de 2025 comenzaría la migración de la TV satelital hacia la banda Ku y terminaría en 2028, el mismo año en que se prevé que todo el país esté cubierto con 5G.
Además, y como culminación de todo el proceso, se liberaría la banda C (3,7 GHz a 4,2 GHz) la cual podría ser utilizada para lograr una mejor cobertura de 5G, teniendo en cuenta las enormes posibilidades que ofrecerá esa tecnología en el futuro.
El otro aspecto que domina esta licitación es la determinación pendiente sobre la participación o no de los proveedores chinos de infraestructura, decisión que quedará en manos exclusivas del presidente Jair Bolsonaro, como lo manifestó públicamente en varias oportunidades.
Si bien para el Gobierno esa decisión en gran parte estaba supeditada al resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, no es menos cierto que en la previa “jugaron” a favor de Trump, lo cual quedó evidenciado días antes de la asunción de Joe Biden como presidente, cuando se publicó un informe del gobierno estadounidense en el cual se habla de las “Redes Limpias” de telecomunicaciones e incluye a Brasil como uno de sus principales gestores; tema que nunca fue mencionado por el gobierno brasileño aunque se sospecha que el ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araujo, les manifestó ese apoyo aunque de manera informal.
Ahora, con el triunfo de Biden, Bolsonaro le sacó el tema 5G a Araujo y se lo transfirió al ministro de Comunicaciones, Fábio Faria, quien tiene previsto en las próximas semanas viajar a Finlandia (Nokia) y Suecia (Ericsson) y posteriormente trasladarse a Asia, donde se reuniría con autoridades de Japón y está en ciernes un probable traslado a China para hablar con las autoridades de Huawei, principal empresa perjudicada por el tema de las “Redes Limpias”.
Si a esto se le suma la pandemia de Covid-19 y la falta de vacunas en Brasil, que el Gobierno negocia para lograr el pronto suministro por parte de las empresas chinas, no es descabellado pensar que en el caso brasileño el Covid-19 y 5G van de la mano.