El negocio de los OTT está lejos de equiparar al de las telcos y, sin embargo, el operador móvil crea prestaciones a su imagen y semejanza para ganar fidelización del cliente y reacomodar las piezas por servicios –como SMS, roaming y la propia voz- que pierden popularidad frente a las opciones de los nuevos actores. Para atender esta necesidad, los proveedores de plataformas y de OSS/BSS amplían el abanico de soluciones y lo incentivan a meterse en un juego que llegó para quedarse.