Los debates que se están dando en torno a la gestión y tratamiento sustentable de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) parten de una base débil: no existe una definición internacionalmente aceptada de los RAEE, una referencia común, y esto impacta tanto en la investigación de distintos organismos, como en los marcos regulatorios que comienzan a surgir desde los estados y dificulta los esfuerzos para prevenir el tráfico ilegal.