De todo lo anunciado por Oi, quizás lo que más sorprenda es la venta de parte de sus operaciones móviles. Algo que sólo sería beneficioso para la compañía allí donde no tiene una fuerte operación fija y de los demás servicios, es decir, en zonas en las que una propuesta convergente sería más difícil de lograr. Las demás ventas en países de África y de Asia, de inmuebles en Brasil y de datacenters y empresas subsidiarias en el área de redes ya eran esperadas.