El federalismo es el gran reto a superar en términos de digitalización de la salud en Argentina: los servicios de atención y los sistemas de información por detrás –en aquellos casos en que fueron implementados- se desarrollaron “como se pudo” y de manera fragmentada y dispar entre centros públicos (nacionales, provinciales, municipales), privados y de obras sociales. En 2018 se dieron los primeros pasos para una Estrategia de Salud Digital, con un ministerio de Salud que se ubicara como rector de los sistemas de información, y bajo dos condiciones: los mecanismos a fijarse no tenían que imponer nada de modo obligatorio a los establecimientos; y debía tomarse como base la falta de infraestructura y conectividad reinante en el sector.