Laura Marés - Crédito: Ministerio de Educación
La educación en tiempos de pandemia plantea una serie de tópicos que comienzan con el impacto de las tecnologías en las ciencias de la educación. La incorporación de plataformas para impartir educación a niños y adolescentes se implementó recurriendo a las herramientas que estaban más a mano. Durante y después de esas experiencias en todo 2020, los pedagogos tratan de conceptualizar lo realizado y aprendido. Hay algunas conclusiones como que la dicotomía no es entre lo presencial y lo virtual, sino entre lo presencial y no presencial.
El ciclo lectivo 2021 arrancó en Argentina bajo un modelo híbrido, combinado entre alrededor de cuatro horas de presencialidad diarias, y un complemento virtual. Más allá del esperado y necesario regreso a las aulas, los sectores público y privado adoptaron y mejoraron el uso de las herramientas online improvisadas el año pasado y sostienen que llegaron para quedarse.
Desde Educ.ar, como explicó a Convergencialatina Laura Marés, su gerenta General, trabajan sobre la plataforma Juana Manso para que esté disponible en todo el país de modo gratuito. Actualmente cuenta con un sistema de aulas para los niveles primario y secundario –para la comunicación entre alumnos y docentes–, y puede navegarse sin consumir datos. Próximamente sumará funciones de videoconferencia y sistema de chat, siempre bajo un objetivo central de conformar “un espacio de comunidad”.
La funcionaria aclaró que la meta con Juana Manso no es extenderla a todos los establecimientos educativos, porque ciertas provincias cuentan con sus propias plataformas, por ejemplo la provincia de Buenos Aires, y algunos municipios de ese distrito poseen otras opciones. Uno de los aspectos centrales es el Data Warehouse, que reúne información a partir del uso que hacen estudiantes y maestros: con estos datos, procesados con inteligencia artificial, la Secretaría de Evaluación del Ministerio de Educación trabaja en prevención de la deserción escolar, entre otras aplicaciones.
Aprendizajes. A la par de la evolución de Juana Manso, Educ.ar enriqueció la colección de recursos educativos en los Núcleos de Aprendizaje Prioritario (NAPs) y la capacitación de docentes en educación virtual y modelos combinados híbridos. De todas maneras, Marés advirtió que una de las primeras lecciones de la experiencia de 2020 es que en los espacios virtuales, se debe evitar la sincronicidad. “El uso de aplicaciones de videoconferencia (Zoom y Classroom, las más difundidas) es costoso, difícil de mantener, e implica un ingreso en la intimidad de alumnos y profesores. No da buenos resultados tener a 40 chicos en una clase de este tipo”, afirmó.
Por eso se está pensando en escenarios combinados: utilizar la instancia presencial para el trabajo conjunto, y el tiempo en casa para tareas sin el uso de videoconferencia (por ejemplo, la lectura de un libro o el trabajo con un manual). Para potenciar ese escenario híbrido que plantea el 2021 lo ideal es combinar lo presencial y lo no presencial, en lugar de distinguir entre lo presencial y lo virtual.
Según se volcará en próximas publicaciones del Ministerio de Educación, un primer aprendizaje surgido de la pandemia es que la experiencia sincrónica genera tensión. El espacio fuera de la escuela debería ser aprovechado, en cambio, para la búsqueda de recursos o el trabajo en autonomía.
Conectividad. En términos de acceso de escuelas a banda ancha, actualmente un 40% están conectadas por medio del Plan de Conectividad nacional. A estos establecimientos deben sumarse los municipales y provinciales –ámbito sobre el que se desconoce el nivel de acceso-. El objetivo principal en el que trabajará Educ.ar durante 2021 es una normativa que tome a la conectividad como un servicio esencial en el presupuesto educativo, es decir, un porcentaje que se dedique exclusivamente a la conexión de la escuela, al igual que sucede con otros servicios públicos.