La Agencia Internacional de Energía estima que más del 1% de la energía del mundo es consumida por los data centers. Si se aplican medidas de eficiencia, este porcentaje no crecerá. Para que haya un verdadero quiebre y los centros de datos comiencen a jugar su papel en la mitigación del cambio climático, las decisiones en torno a la alimentación de estos establecimientos deben dejar de centrarse en costos. Hoy este valor sigue predominando en América latina y Argentina.