El 11 de abril, unas elecciones súper fragmentadas enfrentaron a 18 candidatos a la presidencia del Perú. El resultado fue sorprendente: Pedro Castillo, de Perú Libre, obtuvo el 19,09% de los votos. Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, alcanzó el 13,36%. Castillo, casi desconocido y sin carrera política precedente, ni siquiera figuraba en la grilla de los analistas como un posible candidato a la segunda vuelta. Fujimori, en cambio, cuenta con prosapia política, aunque no exactamente ilustre. Lo más sorprendente sin embargo es que la disputa por la presidencia de estos dos candidatos en una segunda vuelta, que tendrá lugar el próximo domingo 6 de junio, sacudió el tablero político hasta dejar al desnudo para muchos peruanos una opción entre antifujimorismo o antiizquierdismo.