Los lanzadores de satélites barajan actualmente con dos realidades muy distintas: por un lado, el mercado tradicional de operadores, con su mercado de carga medianamente pesada. Por otro, la explosión de demanda de artefactos más pequeños para la órbita baja (LEO), que los obliga a reconvertirse. Empresas ya conocidas en el segmento, así como start-ups que se suman a la “fiebre” por LEO, pretenden lanzamientos baratos, de gran cantidad de satélites, y más sitios con disponibilidad para enviarlos a órbita.