El aumento exponencial del consumo de datos, sumado al desarrollo de IoT y la creciente necesidad de una menor latencia, convierten al edge computing en la principal tendencia de transformación para el segmento de centros de datos. La distancia entre el usuario y la aplicación a la que busque acceder debe ser cada vez más corta, y para lograrlo, el Data Center donde se procese la información tiene que estar más distribuido en la red, más "en el borde".