El insumo central de los centros de datos es la energía eléctrica. Los procesadores, los ventiladores y los equipos de refrigeración consumen energía. Aunque se utiliza energía concentrada, con más densidad de carga, tiene que disiparse para no elevar la temperatura más allá de los 40° o 50°: para ello es necesario mover ese calor con flujos de aire.