
Juan Cruz Allonca - Crédito: Convergencialatina
Juan Cruz Allonca, director del Centro Interdisciplinario de Estudios Espaciales (CIEE), advirtió que la basura espacial se duplicó en los últimos 15 años, de acuerdo con los datos recabados por la Agencia Espacial Europea (ESA). Actualmente, los fragmentos de basura de entre uno y 10 centímetros ascienden a 1.200.000, lo que equivale a 13.900 toneladas. De estos, solo 41.200 se pueden monitorear y catalogar. En aquellos objetos de menor tamaño a un celular, los modelos matemáticos indican que están, pero no dónde. La problemática en este sentido es que éstos viajan en órbita baja a 27.000 kilómetros por hora, por lo que pueden destruir cualquier objeto que toquen. “La órbita baja es un ámbito de congestión y de disputa”, agregó.
Un objeto, después de los 60 años de ser colocado en el espacio, comienza a caer. Según un estudio realizado en octubre del año pasado por el propio CIEE, en los últimos cinco años reingresó en Argentina y América latina más basura que en los anteriores 15. Por su parte, la cantidad de satélites que tienen planificados poner en órbita las mega constelaciones será un problema para la industria, los gobiernos y la ciencia. “Si esto sigue aumentando en estas cantidades, va a ser inaccesible el espacio en pocos años”, sentenció.
Las soluciones a este panorama se engloban en dos estrategias. La primera es la mitigación. Se trata de evitar a través de distintas medidas que siga aumentando la cantidad de basura. La segunda es la remediación, en la que basureros espaciales limpian la basura. Pero esto posee dificultades técnicas, legales y geopolíticas.
Respecto a la regulación en relación a la basura espacial, los cinco tratados internacionales que gobiernan el espacio fueron redactados entre las décadas del `60 y `70, por lo que no contemplan esta problemática. Algunos países poseen leyes que regulan esta temática. Estados Unidos fue el primero en aplicar una multa a una empresa por no desorbitar correctamente un satélite. Por su parte, a través de estándares, buenas prácticas, guías y recomendaciones se intenta mitigar la situación.