El adelantamiento en las exigencias del mercado de las telecomunicaciones móviles y la rapidez con que las tecnologías de 3G alcanzan su madurez en las plazas más desarrolladas, llevó a los principales proveedores de redes y equipos a concentrar las inversiones en investigación y desarrollo de la tecnología de Long Term Evolution (LTE).
Basada en OFDMA, LTE promete velocidades máximas teóricas de más de 100 Mbps para el Downlink y 50 Mbps para el Uplink en canales de 20 MHz, con una reducción de la latencia a niveles comparables con Internet fija de banda ancha. LTE responde a lo que la UIT entiende ya plenamente como 4G: una red que funcione totalmente sobre una plataforma IP, que permita la convergencia entre múltiples redes y dispositivos, provea velocidades de acceso por encima de los 100 Mbps en movimiento y garantice la calidad de servicio de "end-to-end" de alta seguridad. Se esperaba para 2010 que LTE estuviera listo como estándar y para 2011 su lanzamiento comercial en mercados muy evolucionados, como el de Japón. Sin embargo, los pronósticos más optimistas entre los "vendors" auguran que el desarrollo del estándar se concretará durante el primer trimestre de 2009 y que ya en la segunda mitad de ese año ocurrirán los primeros lanzamientos comerciales de LTE en Asia y Europa.
Fernando Pafumi, director de Pyramid Research, dijo que la aceleración de los procesos para adelantar la llegada de LTE tienen que ver con el incremento en la demanda de servicios de datos, lo que ocasiona impactos en espectro obligando a los operadores a asignar un mayor ancho de banda por suscriptor. Las redes de 3G tienen alrededor de seis veces más eficiencia espectral (Mbps/MHz) que generaciones anteriores y ya permiten transmisión de datos de 3,1 Mbps en 1,25 MHz. Ahora bien, con LTE se incrementa en otras siete veces la eficiencia espectral respecto a 3G.
Por otra parte, el mercado modificó sus expectativas respecto a WiMax. Si hasta hace un par de años se veía a WiMax como una tecnología móvil en su totalidad, hoy se tiene una visión diferente. La percepción de WiMax como una tecnología nómade, que se utilizará en zonas rurales o de alta concentración, la deja afuera de la evolución tecnológica de la mayoría de los operadores como alternativa a 3G para garantizar una mayor eficiencia espectral.
Los mercados de avanzada
Varios fabricantes de equipo móvil han presentado sus versiones de LTE. Ericsson ya realizó pruebas y presentó sus primeros equipos que estarán disponibles para los operadores durante el 2009. En septiembre de 2008 realizó una serie de pruebas en Australia con equipos LTE con capacidad de transmitir datos a velocidades de 160 Mbps. Huawei, Motorola y Nortel también experimentan, aunque con versiones que arrancan desde los 50 MHz En tanto, Nokia Siemens han anunciado pruebas en Alemania en 2009 en conjunto con Vodafone
No obstante, el disparo de largada para LTE debía llegar, al igual que 3G, de Japón, donde NTT Docomo seleccionó a Fujitsu y a Catapult como sus proveedores de infraestructura de la tecnología, que prevé lanzar durante el primer trimestre de 2009. Ese año también llegará a Europa y en varios países, incluyendo España, se debate la posibilidad de licitar bandas de frecuencias específicas para LTE, con el fin de garantizar que los servicios estén disponibles en 2009.
Los primeros lanzamientos de LTE en EEUU se esperan en 2010, según Pyramid Research, a partir del empuje que le dará Verizon con la intención de evolucionar su red CDMA y tener ventaja al ser el “first mover”. En el caso de ATT, la migración será mas lenta, pasando primero por la adopción de HSPA+, para migrar a LTE recién hacia 2012
El panorama en América latina
La introducción de 4G en Latinoamérica también será determinada por el aumento en la demanda de servicios de datos, el crecimiento en subscripciones, la presión competitiva y la obtención de espectro. Se espera que las móviles desplieguen LTE con una diferencia de tiempo respecto a Europa similar a la observada con los lanzamientos de 3G. En ese sentido, uno de los que está realizando ya algunos testeos de LTE es Entel PCS Chile. El operador chileno, que fue el primero en la región en migrar a GSM y luego en ir hacia 3G con HSDPA, estima que el despliegue de LTE será después de 2010, cuando estén totalmente desplegadas las redes de 3G.
Sin embargo, Rolando Martínez, VP de Ericsson Colombia, no descarta la posibilidad de que LTE llegue más rápido a la región debido a que, en su consideración, las redes de 3G van madurando rápidamente. Además, WiMax aparece en Latinoamérica como una firme alternativa, no tanto por la movilidad sino por la posibilidad de llegar con banda ancha inalámbrica a zonas donde el territorio no permite el tendido de cableados. Para Martínez, los operadores móviles van a ir hacia LTE para tener capacidad superior a la que pueda ofrecer WiMax.
Por otra parte, no se descarta que aunque tenga como costo la migración de toda la infraestructura, existan operadores que, habiendo quedado retrasados en el lanzamiento de 3G, decidan esperar y saltar directamente desde GSM/GPRS/EDGE hacia LTE, una medida audaz en la que se arriesga el tiempo que se pierde ante el avance de la competencia, pero que permitiría invertir menos y posicionarse mejor. Tal podría ser el caso de Movistar en aquellos países como México y Colombia, donde se ha retrasado su despliegue de 3G en contraste con América Móvil, que tiene en ambos países a dos de sus principales mercados de la región y que ya dio importantes avances de cobertura con HSDPA. Además, Movistar enfrenta en cada mercado a un tercer competidor (Iusacell en México y Tigo en Colombia) bien posicionado en la oferta de banda ancha móvil. En ese sentido, aunque Telefónica también tiene una apuesta prioritaria por 3G en la región, algunas filiales podrían entrar en mayor sintonía con lo que ocurra respecto a LTE en las operaciones europeas de la compañía española.
Existen otros catalizadores para el desarrollo de la 3G en la región. Para Manuel Riaño Sainz, Regional Manager de Motorola para la región Andina, una diferencia con respecto al pasaje de 2G a 3G es que el camino hacia LTE se está realizando más ordenadamente y con mayor equilibrio en todas las fases del ecosistema móvil, incluyendo a los proveedores de plataformas y redes, los fabricantes de terminales y los desarrolladores de aplicaciones.
Por otra parte, también juega como factor el lanzamiento comercial de algún competidor fijo o móvil, la necesidad de diferenciación y constituirse como “first-to-market”. De todas formas, el crecimiento de subscriptores móviles y el aumento en el uso de datos y una mayor demanda de aplicaciones de banda ancha terminarán acelerando los plazos de desarrollo de la nueva tecnología.
Los proveedores consideran que que si el principal driver de la 3G es la banda ancha, la “killer aplicattion” de LTE será el paquete de aplicaciones basadas en la TV móvil. Alejandro Cortés Gutiérrez, Carrier Sales Director de Alcatel-Lucent para la región, también señaló el despliegue de nuevas aplicaciones como E-learning, telemedicina, servicios bancarios, que demanden aún más ancho de banda.
Obstáculos visibles
Pero los cantos de sirena de LTE también traen sobrecargadas las expectativas de los fabricantes y de un simple vistazo se puede comprobar rápidamente una serie de factores inhibidores. Más allá de factores exógenos, como el impacto que tenga la crisis económica en planes con recuperación de la inversión en periodos de tres a cinco años, se presentan una serie de elementos a tener en cuenta.
En primer lugar, el desarrollo de los terminales. Sin una oferta variada y consistente de equipos, no hay posibilidad de que se expanda el ecosistema. Y un punto en particular será también cuándo comenzarán a verse las laptops que traigan incorporada el chipset de LTE. En ambos casos, los precios serán, también, condicionantes.
Un segundo punto para poner atención va más allá del primer plano de LTE y es el crecimiento del "backbone", porque con la posibilidad de ofrecer más aplicaciones que demanden mayor ancho de banda, una dificultad a resolver está en garantizar la conectividad, para evitar tener cuellos de botella en el servicio.
Pero el mayor problema está en la disponibilidad de espectro: si bien LTE puede funcionar con anchos de banda desde 1,4 MHz, se trata de una prestación mínima, lejana a las condiciones requeridas para garantizar las velocidades prometidas. En ese sentido, operadores y vendors coinciden en que el trabajo de los entes reguladores para ofrecer nuevas bandas es lento y constituirá la principal traba para el desembarco de LTE en la región.