El mercado de satélites de observación de la Tierra (EO, por sus siglas en inglés) es uno de los más pujantes de la industria aeroespacial. Así como los datos se volvieron la moneda de cambio en los negocios digitales en la superficie del planeta, hoy cobran vital importancia también desde el espacio para afrontar los impactos del cambio climático, la mitigación de desastres y la gestión de recursos hídricos, agrícolas, entre muchos otros.