La actividad frenada de las pymes hizo que durante el período de aislamiento obligatorio la balanza del tráfico de los ISPs se viera compensadacon el incremento del teletrabajo de aquellas que sí pudieron continuar con sus operaciones. En efecto, sólo el 10% de estas organizaciones se encuentra totalmente operativo. En este panorama, el Covid-19 obligó a los ISPs a responder ante la necesidad de mayor capacidad de conectividad para que las empresas pudieran operar con su personal de manera remota: uno de los impactos más concretos es el incremento del tráfico de VPNs, de entre un 35% y un 40% desde el inicio de la cuarentena.