La integración de Inmarsat por parte de Viasat dará lugar a un operador con presencia en segmentos fijo y móvil, servicios IoT, banda ancha y una amplia base terrestre. La compañía combinada contará con satélites en bandas Ka, L y S, un total de 19 artefactos en órbita actuales y 10 por venir en un espacio de tres años. Se proyecta que para 2021 tendrán ingresos conjuntos de US$ 4.100 millones (US$ 1.300 millones de Inmarsat y US$ 2.800 millones de Viasat) y 8.000 empleados.
La transacción comprende US$ 850 millones en efectivo, 46,36 millones de acciones de Viasat valuadas en US$ 3.100 millones, y una deuda neta de US$ 3.400 millones. Se espera que quede aprobada en la segunda mitad de 2022.
Para Rajeev Suri, actual CEO de Inmarsat, la operación es “la combinación correcta en el momento correcto”. Y analizó, sobre el estado de la industria: “Está claro que el mercado satelital está entrando en una nueva era, cuando se trata de demandas del mercado. Este acuerdo ofrece escala para afrontar eso”.
En cuanto a su par en Viasat, el presidente Ejecutivo Mark Dankberg, destacó que el potencial de mercado de ambas empresas pasará de $985.000 millones en 2020 a US$ 1,6 trillones en 2030. Solamente si se considera el mercado de consumidor final para 2030, ascendería a US$ 900.000 millones. En particular la integración de Inmarsat fortalecerá a Viasat en los sectores de gobierno y marítimo.
Remezón en Inmarsat. El anuncio de ayer se da tras una etapa de profundos cambios en Inmarsat. Hace ocho meses su CEO Rubert Pearce fue reemplazado por el ex Nokia Rajeev Suri, entre otras renovaciones de ejecutivos en las áreas de aviación, marítima, entre otras.
Inmarsat además había anunciado la creación de una constelación nueva en LEO llamada Orchestra, con una inversión de US$ 100 millones. En agosto se dio a conocer este plan de 200 satélites, construidos y lanzados entre 2025 y 2030. La flota apuntaba a complementar los demás activos del operador satelital en GEO, para atender mejor al sector de movilidad. La cifra de inversión se proyectaba para los primeros cinco años del proyecto, hasta 2026.