El financiamiento para start-ups del segmento espacial viene de transitar un 2021 récord a nivel mundial, con aportes por US$ 15.000 millones: los emprendimientos están jugando un rol cada vez más relevante en el aporte de servicios específicos para los operadores satelitales tradicionales.
Paulo Pascuini, economista e investigador del Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (UBA-CONICET), describió durante Satellite Map Day 2022 el ecosistema argentino vinculado al desarrollo satelital. Existen al menos siete startups en distintas áreas que pugnan por ingresar y sostenerse en este ambiente, surgidas de las misiones de Arsat y Conae.
Estos resultados surgen del relevamiento “Tendencias en la economía del espacio y potencial argentino”, elaborado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política de Buenos Aires (IIEP), dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), y cuenta con el apoyo de la empresa Servicio Satelital. Una de las conclusiones centrales es que las mayores chances de inserción de emprendimientos locales están en el desarrollo de constelaciones para IoT y para observación y comunicaciones. Esto porque esa sería la forma más adecuada de aprovechar el capital humano argentino y porque existen proyectos en marcha.
Entre los proyectos de start-ups analizados, hay dos en servicios de lanzamiento (Tlon, LIA Aerospace); uno en pleno desarrollo y en crecimiento en servicio de observación de la Tierra (Satellogic); Innova Space con su plan de una constelación para servicios IoT; en comunicación láser se encuentran Skyloom Global, radicada en EE. UU. con dos científicos ex Invap; y Epic Aerospace, de remolcadores espaciales.
“Todas tienen distinto grado de madurez y enfrentan distintos desafíos de naturaleza tecnológica, financiera y comercial hasta llegar a un estadio en el que sean sustentables desde el punto de vista económico. La radicación en el exterior es un objetivo de ellas porque le facilita el acceso al financiamiento, insumos para producir y mercados”, explicó Pascuini.
Obstáculos. Las demandas de los gobiernos ocupan un lugar importante para impulsar el crecimiento del sector privado, pero, al mismo tiempo, advirtió por la posibilidad de que esas demandas encierren el proceso de investigación en temas que no engarzan con las nuevas tendencias en materia de desarrollo del espacio. Los obstáculos para los emprendedores, según resaltó Pascuini, son el acceso al financiamiento y a componentes importados. También hay dificultades para articular estos proyectos con actores centrales del sistema científico-tecnológico (Arsat, Conae, Veng, entre otras entidades) que permitan aprovechar las capacidades científicas y humanas acumuladas en las últimas décadas con los proyectos encarados desde Argentina, según postuló el investigador. “Aunque en algunos casos los directivos de los proyectos privados han dicho que la cooperación con las instituciones locales de ciencia y tecnología les podría ser de gran utilidad (para acceder a los conocimientos, capacidades y equipamiento de dichas instituciones), no existen mecanismos ágiles para que las empresas interactúen”, agrega el estudio.