Coinvest se quedó con CTI Móvil, el cuarto prestador de telefonía móvil cuyo mayor accionista era Verizon. En la operación fue decisivo que Coinvest se haya fondeado con el Morgan Grenfell, entidad que poseía acciones en el operador y mantiene una relación con acreedores de CTI a través de su casa matriz: el Deutsche Bank. Sin embargo, la logística de la operación la habría realizado Techtel, la compañía que analizó a CTI desde octubre de 2002 y que ya colocó a Carlos Stea, uno de sus hombres clave, en el directorio del operador móvil.
Al igual que en la compra de MetroRed, Coinvest consiguió el capital a través de un accionista minoritario dentro de la sociedad adquirida. Antes había sido el HSBC, ahora fue el Morgan Grenfell. Pero el peso de esta entidad no se mide como financista de los US$ 20 millones que pagó por CTI Móvil sino como protagonista en la próxima reestructuración de los US$ 1.050 millones de deuda que tiene el operador celular. De allí surgirá el verdadero valor que Coinvest habrá pagado por la compañía, y se estima que debería rondar entre US$ 300 millones y US$ 400 millones.
Morgan Grenfell es un fondo de inversión del Deutsche Bank que poseía el 4,2% de las acciones de CTI al momento de la venta. El banco alemán tiene una relación estrecha con Lucent Technologies, el principal acreedor. De hecho, la construcción de la red PCS de CTI fue financiada en US$ 252,7 millones por Lucent y US$ 234 millones por la sucursal en Nueva York del Deutsche Bank. Sin embargo, el 13 de marzo de 2002, dos días antes del default, el banco cedió todos sus derechos sobre ese crédito a Lucent, que se convirtió así en el máximo acreedor con US$ 486,7 millones. En aquel momento, la cesión despertó suspicacias pero ahora aumentan las certezas de que el banco conserva su ascendencia sobre ese cobro y que los US$ 20 millones son parte de algún acuerdo con Coinvest que le asegurarían el mejor rescate posible.
Coinvest también habría puesto una cuña en el Citibank, que con US$ 175 millones (parte de un crédito sindicado por US$ 210 millones), aparecía como el acreedor más hostil. Vale recordar que, aunque Martín Ruete Aguirre, el máximo directivo del fondo, es reconocido por su paso por Telefónica de Argentina, su arribo al operador había sido como representante del banco estadounidense. Y es probable que haya utilizado sus contactos para conseguir la bendición del Citibank en la toma de la compañía.
Con las piezas así dispuestas, la reestructuración de la deuda de CTI aparece accesible pero cuando se pregunta por la logística de la operación los rastros conducen a Techtel, la sociedad entre América Móvil y Techint. El indicio mayor es que en el nuevo directorio de CTI, que asumió el 3 de marzo, aparece Carlos Stea como Cost CFO, un cargo vital para conducir la renegociación.
Hasta un día antes, Stea era el director de Servicios Corporativos de Techtel y mano derecha de Héctor Masoero, presidente de la compañía. Y nada hace pensar que Stea recibió una mejor oferta laboral de CTI: tiene 50 años y desde 1977 trabaja en Techint, siempre al lado de Masoero. Su currículum es profuso y marca una profunda lealtad con la corporación italo argentina: fue director de tesorería en Telefónica (1990-1993), director de Administración y Finanzas de Miniphone (1993-1996), director de Administración y Finanzas de Unifón (1996-1999) y desde que Techint se fue de Telefónica se desempeña en Techtel.
De manera indirecta se pudo comprobar que por lo menos quince días antes de la anunciarse la operación, ejecutivos de Techtel viajaron a Nueva York, y que en el edificio corporativo se trabajó febrilmente hasta altas horas de la madrugada, inclusive, sábado y domingo.
La intriga entonces es porqué Techtel cedió la iniciativa a Coinvest Y aunque allí sólo se navega en un mar de conjeturas, todas conducen a la posibilidad de una venta en dos pasos que concluirían con el ingreso de América Móvil. Una hipótesis, poco probable, señala que Techint se abrió camino sola, aburrida de pasarle oportunidades de negocios a sus socios mexicanos. Con más verosimilitud, se esgrime que casi en simultáneo América Móvil compró BCP Nordeste (BellSouth) en Brasil y en diciembre se había alzado con Celcaribe (Millicom) en Colombia y que no sería aconsejable para su calificación crediticia aparecer comprando en la Argentina una compañía con una deuda fuera de control.
Los directivos de Coinvest y Techtel tienen un pasado común: participaron juntos en 1990 del consorcio Telefónica que realizó el “take over” del área sur de Entel. Héctor Masoero, presidente de Techtel, representó a Techint, mientras que algunos de los actuales Coinvest habían trabajado para el Citibank (Martín Ruete Aguirre) y el Banco Río (Gonzalo Pérés Moore y Roberto Ruiz). Desde entonces existe un profundo respeto profesional entre Ruete y Masoero.
En 1999, durante la licitación de PCS, Techint fue uno de los oferentes que quedó en el camino. De haber ganado, hubiera tenido que desembolsar alrededor de US$ 350 millones por la licencia y otros US$ 500 millones para la construcción de la red. Ahora, se estima que el precio de CTI, que invirtió US$ 2.000 millones, tendría un techo de US$ 400 millones luego de la reestructuración de deuda.