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jueves 02 de septiembre de 2004

Detrás del proyecto móvil cooperativo avanzan las empresas chinas en Argentina

A partir de la devolución del espectro por la compra de Movicom por Unifón, las cooperativas crearán un nuevo operador celular. Empresas chinas ?operadores y proveedores- se interesan en el proyecto.

Fecotel y Fecosur, las federaciones que agrupan a más de 300 cooperativas telefónicas argentinas, presentaron en julio el anteproyecto para crear una compañía móvil GSM que brindará servicio, en principio, en sólo cinco regiones repartidas entre tres áreas de Buenos Aires y las provincias de Córdoba y Santa Fe. Cada zona estará atendida por múltiples operadores de escala comunitaria que estarán vinculados entre sí a través de una red de transmisión.

Con ese puñado de ideas, y el reparto de las regiones ya negociado, comenzaron los acercamientos con posibles proveedores. Aún resta definir con la Secretaría de Comunicaciones (Secom) el plazo de devolución que deberá cumplir Telefónica Móviles (Unifón), y también el perfil que deberán tener los posibles interesados privados.

La sombra de Hutchison, uno de los más fuertes operadores móviles a escala mundial, sobrevuela a la nueva empresa celular argentina. Aunque nace principalmente como móvil, los lineamientos básicos del proyecto cooperativo recuerdan a los de Porthable, la empresa fijo-móvil que sumó 40.000 líneas en el oeste del Gran Buenos Aires y cuya propiedad se reparte entre el operador chino Hutchison (90%) y el empresario argentino Carlos Joost Newbery (10%). La relación entre ambos emprendimientos puede explicarse de diferentes maneras.

Por sus carencias de recursos –espectro o dinero- para las cooperativas es más razonable parecerse a Porthable que a compañías de escala nacional como CTI (América Móvil), Personal (Telecom Italia) o Unifón-Movicom.

Porthable rechazó competir por volumen y ha trabajado, en cambio, con una fuerte segmentación de clientes para maximizar los ingresos por línea. Así han logrado mejor ARPU que las móviles. Su expansión geográfica es por “desborde”: hasta que no completa la capacidad de una celda no avanzan en la instalación de la siguiente.

Ese esquema, con un fuerte acento en las explotaciones locales y en la inteligencia comercial, se adapta muy bien al ideado por las cooperativas. Por un lado, se enfoca en la mayor fortaleza de los operadores independientes: su relación directa con la comunidad. Por el otro, resuelve un problema político central para las federaciones: deja a resguardo la independencia de cada cooperativa y, además, permite las diferencias entre ellas al establecer que “sólo participa el que invierte”.

Sin embargo, Hutchison no ha sido un mero inspirador. Sus ingenieros trabajan con mucha proximidad con los de Telpin, la cooperativa de Pinamar (una localidad costera, ubicada a unos 380 Km. al sur de Capital Federal) a la cual Fecotel le ha encargado el planeamiento técnico. Telpin es la cooperativa telefónica más importante del país por número de líneas y se caracteriza por ser innovadora y muy agresiva en su expansión. Telpin y Hutchison han asistido juntas a reuniones con posibles proveedores.

Aunque esta relación no es un secreto, no se la mencionó durante la presentación del proyecto móvil al movimiento cooperativo. Juan Carlos Fissore, presidente de Fecotel, descartó explícitamente en ese evento la posible participación societaria de cualquier operador internacional.

En Fecosur están a la defensiva. Un dirigente de primer nivel señaló a la publicación especializada Convergencia Telemática que “los estamos dejando hacer pero para nosotros no es clara esa relación, no hay que perder de vista que Joost Newbery es un maestro en armar empresas para después venderlas”. “Charlie” Newbery fue quien formó el consorcio original de Movicom, luego diseño el de Bell Atlantic que ganó y renunció luego en la privatización de Entel, y también generó el grupo que obtuvo la licencia de CTI. “Por eso –continuó el ejecutivo de Fecosur- que sepan que nosotros antes de invertir nos vamos a cerciorar muy bien de que todo este esfuerzo no derive en una maniobra para rescatar a una empresa quebrada o para birlarnos el espectro”.

Darío Oliver, gerente general de Telpin, explicó a Convergencia que “con Hutchison hemos tenido un intercambio muy rico pero es prematuro anticipar qué rol podrán tener ellos a futuro”. Uno de los principales técnicos de Fecosur aseguró, en cambio, que “hay quienes sostienen que la participación de Hutchison es imprescindible debido a que la fortaleza de su modelo estaría basada en su inteligencia comercial. Justamente por esa razón a nosotros nos parece prescindible: nadie conoce mejor a sus asociados que la propia cooperativa. Este es un proyecto viable –sostuvo- y lo podemos hacer solos”.

Fecotel tenía en carpeta emular al modelo de Hutchison desde 2003. Había sondeado incluso la posibilidad de intercambiar equipos chinos por productos argentinos. Por su parte, el gerente general de Hutchison Argentina, Marcelo Estrada, había señalado al diario El Cronista, en febrero, que planeaban extenderse geográficamente con móviles hacia Córdoba y Santa Fe, otras dos regiones incluidas en el proyecto cooperativo, y hacia Mendoza a partir de 2005.

Se puede inferir que, al momento de “aparecer” una banda de espectro para móviles, la Secom les haya insinuado que se pongan en contacto. Así lo confirmaron las fuentes cooperativas: “no fue taxativo, pero desde la Secretaría se nos sugirió reunirnos con otros interesados”. Atando cabos cobra sentido una frase estratégica del secretario Guillermo Moreno. “en el futuro no se va a hablar ni de españoles ni de mexicanos; los chinos van a inundar el país de antenas”.

Más allá de conjeturas, aún no está decidido qué porcentaje de la nueva compañía móvil quedará en manos de los posibles inversores privados, aunque informalmente se habla de un 10%. Fissore, de Fecotel, explicó que serán compañías “con interés nacional”.

Las cúpulas de Fecotel y Fecosur señalaron que el Estado argentino habría rechazado reservarse una “acción de oro”; a pesar de que fuentes del Ministerio de Planificación –de quien depende la Secom- sostuvieron lo contrario.

De lo que no cabe duda es que los demás operadores celulares del mercado protestarán cualquier esquema donde Hutchison, u otra empresa internacional, se sumen como accionistas sin pagar el espectro. Si esto sucediera, la decisión política final estará en manos del Gobierno.

 El plan operativo de la nueva empresa celular

Fecotel y Fecosur decidieron formar un equipo de 18 técnicos para elevar a la Secretaría de Comunicaciones (Secom) el anteproyecto de la empresa móvil. Ese grupo decidió crear un operador GSM regional con una red de transmisión propia que vinculará a las ciudades definidas dentro de una misma área y las interconectará localmente. En el resto del país operarán mediante acuerdos de roaming.

El despliegue lo realizarán por etapas. La primera fase, entre 2006 y 2008, abarcará ciudades de tamaño “intermedio” en cinco regiones. La licencia y el espectro serán propiedad de una empresa madre, de capital cooperativo y privado, y la inversión en infraestructura local quedará a cargo de la cooperativa que opere el servicio en cada comunidad. Exigirán a la Secom que Unifón no demore más de dos años en despejar el espectro que debe devolver de Movicom.

El plan es lanzar el servicio en localidades con presencia de cooperativas telefónicas o eléctricas. De ese modo, en dos años, buscan sumar alrededor de 200.000 líneas. Esta “masa crítica” sería la base para avanzar luego tanto hacia poblados pequeños como a grandes ciudades. La estimación sobre la cantidad surge de proyectar que obtendrían el 35% de los usuarios en las localidades en las que planean prestar servicios.

La primera fase incluiría un despliegue de entre 150 y 180 radiobases a un costo aproximado de entre US$ 15 millones y US$ 20 millones. El valor de armar una operación local, con una sola base, sería de US$ 100.000, pero a esta cifra hay que sumarle el gasto en la red de transmisión. La interconexión local busca eliminar los cargos de larga distancia que rigen en las comunicaciones móviles del interior del país. También se eliminaría el concepto de “el que llama paga” (CPP - calling party pays).

De todas, la mayor preocupación es la disponibilidad del espectro. Fecotel y Fecosur quieren que la Secom les asegure que las bandas estarán libres en el plazo de dos años y no en cuatro como sugirió Unifón. Los técnicos de las cooperativas señalaron que, al solicitar posiciones en localidades periféricas no en grandes centros urbanos, el petitorio es razonable. Sólo indican que pedirán 10 MHz de los 40 MHz que deberá devolver Unifón, pero aún no quieren dar definiciones sobre si se trata de la banda de 850 MHz, entregada originalmente sin cargo a Movicom, o de 1.900 MHz, subastada en cifras millonarias.