Los proyectos de ciudades inteligentes vienen de un año en que no fueron prioridad. Municipios, gobiernos provinciales y Nación, privilegiaron por obvias razones la salud y la recuperación de la economía local. Desde inicios de 2021 se observa un renovado interés por automatizar y sensorizar desagües, alumbrado, semáforos, recolección de residuos, seguridad y otros servicios públicos, no sólo porque la nueva normalidad permite desempolvar las iniciativas estancadas, sino también por la activación de las redes NB-IoT de los tres operadores móviles a nivel nacional.