A pesar de que algunas voces señalan que el mercado móvil local carece de espacio para un tercer competidor, América Móvil desembarcó en Uruguay con un proyecto ambicioso: quedarse con el 50% de los clientes locales. Ante el nuevo escenario, los otros dos operadores celulares que actúan en el país (la estatal Ancel y Movicom) pusieron manos a la obra para encarar un 2005 que se presentará competitivo como nunca antes.
La compañía de Carlos Slim comenzó a operar el 24 de diciembre en Uruguay bajo la marca CTI Móvil y desde el primer momento mostró agresividad en sus iniciativas. Los mexicanos basan su estrategia en una combinación de precios bajos con tecnología de avanzada y la oferta de los últimos modelos de celulares. Además, lanzará promociones permanentes con el objetivo de lograr la fidelidad de sus subscriptores.
La competencia también se centrará en la cobertura. CTI planea tener infraestructura GSM a nivel nacional para marzo, con lo cual matará dos pájaros de un tiro: por un lado, le dará batalla a Ancel en el interior del país, zona dónde la empresa estatal se manejaba con la comodidad que le permitía ser el único operador con cobertura nacional, ya que Movicom limitó su presencia a la zona costera. Por otra parte, se adelantará a Telefónica Móviles, que pretende cambiar la estrategia de Movicom y también plantará bandera en todo el país.
El nuevo escenario conspira contra el sosiego de Ancel. El operador móvil ya redujo el valor de sus tarifas en diciembre, justo antes del ingreso de los mexicanos, y también lanzó algunas promociones para adecuar su estrategia a la nueva competencia, aunque a simple vista parece poco para detener el avance de la firma de Slim. Sus adversarios tienen por detrás a los dos gigantes de las telecomunicaciones en América Latina, que poseen un respaldo financiero muy superior para llevar adelante una guerra de promociones y tarifas.
Los fantasmas de la privatización o, en el mejor de los casos, la entrada de capitales privados, vuelven a acechar a Ancel, ante la posibilidad de no poder mantener la batalla contra Telefónica Móviles y América Móvil. Sectores que defienden el monopolio de las telecomunicaciones por parte del Estado, entre ellos el Sindicato Único de las Telecomunicaciones (Sutel), sostienen que con el convenio de interconexión, Ancel ha firmado su certificado de defunción y temen que el operador pase a manos privadas, a pesar de que el pueblo uruguayo ha manifestado más de una vez que desea que la telefónica continúe bajo el control del Estado.
La situación de Movicom, ahora perteneciente a Telefónica Móviles, presenta similitudes con CTI. Ambas compañías ven al mercado uruguayo como una extensión de sus negocios en Argentina, y conducirán su estrategia de acuerdo a los parámetros de la escala regional. Los españoles lanzarán su operación bajo el nombre Telefónica MoviStar y tendrán cobertura en todo el país, al igual que la subsidiaria de América Móvil. Lo cierto es que a pesar de que Telefónica Móviles parte con cierta ventaja sobre su competidor mexicano, ya que cuenta con los clientes de Movicom, que cerró 2004 con 215.000 clientes y un market share del 30%, deberá hacer un gran esfuerzo para conquistar nuevos suscriptores y mantener su participación en el mercado. Los españoles ya anunciaron que invertirán US$ 30 millones durante 2005 para operar con GSM (además de CDMA) y pelear de igual a igual con América Móvil.
El mercado celular uruguayo cuenta actualmente con unos 600.000 aparatos activados y se estima que el sector se revitalizará y ganará dinamismo con el ingreso de CTI y la creciente competencia entre los operadores. Las buenas expectativas hacen pensar en un crecimiento importante para 2005 y todo indica que Uruguay, donde hoy existen 18 aparatos cada 100 personas, alcance la media de penetración de la región, estimada en un 20%.