Las tensiones causadas por el streaming de video sobre la infraestructura de telecomunicaciones resquebrajan el equilibrio de la neutralidad de red. Los esquemas colaborativos que hasta el momento caracterizaron al ecosistema de Internet comienzan a crujir porque es disímil la relación de fuerzas entre los dueños de las redes y los grandes proveedores de contenidos. En particular los ISP de menor tamaño tienen menor capacidad de acceso a cachés de Netflix, Google, Meta, entre otros, y en pocas oportunidades consiguen participar de modelos de revenue share con estos actores.