En los últimos meses, Chile dio pasos importantes en la conformación de un ecosistema legal que regule la relación de los humanos con el despliegue tecnológico, conocida coloquialmente como los neuroderechos. Cada uno de esos pasos implicó un debate entre los partidarios de legislar en ese terreno y los que se oponían con diversas razones, una de ellas la falta de oportunidad de la discusión en medio de la crisis social más aguda en ese país de los últimos 50 años.