La proliferación de dispositivos conectados a Internet habilitó un nuevo paradigma en la distribución de contenidos audiovisuales, en el que los actores tradicionales todavía no se ubican con claridad. El ensayo de distintas alternativas de plataformas abiertas y semi cerradas, co-producción de series y películas y múltiples versiones del tipo “Play”, era una realidad hace un año. Hoy los actores se redefinen frente a un consumidor que recorta servicios de valor agregado para llegar a fin de mes y proveedores de contenido, programadores y distribuidores se mantienen alertas por temor al “cord cutting”.