En la crisis de los semiconductores comienzan a delimitarse ganadores y perdedores dentro de la propia industria. Dos casos que representan estas tendencias son la taiwanesa TSMC y la estadounidense Intel. Y quien resulte ganador de esta etapa estará en las mejores condiciones para reinar en la siguiente, caracterizada por un fuerte crecimiento de las ganancias de la mano de una robusta demanda, hasta 2030 por lo menos.